Encuentro Mundial de Movimientos Populares

  25 de noviembre de 2014

 

El pasado mes de octubre fuimos invitados a la Ciudad del Vaticano en Roma, Italia, un grupo de personas de México que colaboramos en distintos espacios de lucha, contrucción, apuesta política y social.

El espacio fue denominado Encuentro Mundial de Movimientos Populares (EMMP) y se realizó del 27 al 29 de octubre tomando bajo ejes de discusión los temas de Tierra, Trabajo y Vivienda. De tal manera, Monseñor Raúl Verá López (obispo de Saltillo), Martín Esparza (SME), Federico Joachin y Verónica Villareal (CNPA-MLN) y un servidor por parte del Frayba coincidimos en este histórico que fue convocado a iniciativa del Papa Francisco.

Reunidas personas de los 5 continentes del Mundo, pertenecientes a movimientos, organizaciones, pueblos y colectivos de base, comenzamos el primer día compartiendo nuestras experiencias, retos y propuestas en torno a los temas que nos convocaron, en ese sentido expresamos:

  • Tierra: El respeto a nuestros Territorios, al conjunto de bienes que hacen parte de nuestra identidad como sujetos sociales, económicos y políticos, es parte del reconocimiento que debe existir hacia los pueblos del campo por su labor insustituible.
  • Trabajo: Las políticas neoliberales de nuestros gobiernos capitalistas atentan especialmente contra nosotros, los movimientos y sectores populares, que muchas veces somos la última barrera contra el avance de los planes y proyectos que se han comprometido y vendido a la inversión extranjera.
  • Vivienda: Una de las evidencias del fracaso de este sistema capitalista injusto, cruel y despiadado, resultado de los mecanismos perversos del sistema económico en el que vivimos, es la falta de vivienda, espacio común, tierra y territorio que padecemos quienes se nos niega contar con un espacio digno para vivir, una comunidad segura donde estar y un mundo libre de la violencia estructural que estan operando gobiernos y empresas en todo el mundo.

Desde el primer día comenzamos a escuchar, ver y sentir nuestras coincidencias, aunque todos muy diversos encontramos puntos en común con respecto a los efectos de las políticas neoliberales del capitalismo que se operan a través de las polícas de Estado en nuestros países; en algunos casos con mayor agresividad por afrontar tales efectos a través de golpes de estado, neocolonialismos, dictaduras y gobiernos que actualmente implementan guerras en contra de la población civil para el control social tal como definimos al Estado Mexicano en la falsa lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.

El segundo día de nuestro Encuentro tuvo por sede la Ciudad de El Vaticano, ahí el Papa Francisco nos recibió y tendimos puentes en un diálogo fraterno y cercano; muchos de los que estabamos ahí reunidos nunca imaginamos una reunión así con representantes de la iglesia que, lejos de mantener posturas conservadoras e inflexibles, mostraron total apertura a escuchar lo que vivenciamos día a día en un terreno hostil que no ha sido obra de alguna divinidad perpetua sino resultado de la acción desmedida y ambiciosa de los gobiernos en turno que están bajo la urgencia de comercializar todo lo que sobre este mundo pueda ser parte de la especulación y el mercado.

El Papa Francisco, de manera sensible, supo escuchar los dolores y esperanzas que nos convocaron y movieron a asistir de lugares tan remotos y reivindicó: “Compromiso y solidaridad es mucho más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”. A través de una completa exposición logró sintetizar las más profundas demandas y reivindaciones de los movimientos que apelamos a la compasión, no como signo de amparo dependiente sino a la solidaridad como compromiso ético y coresponsable de quienes vivimos el evangelio como una opción de transformación y realización de los Derechos que nos pretenden ser negados.

El tercer día lo dedicamos al esfuerzo de sintetizar tal riqueza del encuentro y las coincidiencias en los agravios que afrontamos desde nuestras particulares realidades.

En ese sentido resultamos afortunados quienes, como parte de la delegación mexicana, compartimos el momento de emergencia nacional, el alto costo humano de esta guerra sin sentido, el vacío de gobernabilidad, la grave complicidad de autoridades con el narcotráfico, la impunidad, desigualdad, injusticia, violencia y corrupción que se ha instalado en la memoria colectiva de un sin fin de agravios que tiene como expresión más cercana la atrocidad de Ayotzinapa.

Don Raúl Vera, a la par de otros Obispos invitados, compartió que en América Latina se tiene una herencia histórica de pastores comprometidos con las causas que reivindican y demandan los creyentes en vivir un evangelio que busca materializar los principios de amor, paz y justicia verdaderos. Celebró que el Papa esté abriendo espacios para la reflexión y vivificación de la Alegria del Evangelio en esta hora de gracia, tal como lo vislumbró, en su momento, Don Samuel Ruiz García en la Nueva Hora de Gracia.

Por otra parte, como Defensor de Derechos Humanos y originario de los pueblos indígenas de este país, fuimos invitados a participar con una ponencia para compartir la situación de los Pueblos en Chiapas, los agravios más recurrentes, los riesgos ante el contexto actual, el rostro de los perpetradores pero también las esperanzas y propuestas que están transformando nuestra realidad con apuestas definidas en donde la definición de actores clave como la iglesia, y sus pastores, tienen la oportunidad histórica de acompañar los procesos de liberación o ser sombra y complices del avasallador despojo que pretende el capital a costa de represión, exterminio y muerte.

La coincidencia de quienes acudimos de México logró que durante la plenaria, con Don Raúl Vera al frente, hicieramos un llamado para que se mantengan atentos a los movimientos de base, víctimas, organizaciones sociales, pueblos indígenas, trabajadores, mujeres, campesinos, defensoras/es de DH, jovenes y sociedad civil en general que estamos denunciando la violencia de Estado en este momento en México, de manera particular se solicitó que este Encuentro se pronunciara por la aparición con vida de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, Guerrero.

Finalmente, y con la claridad de que estos tres días fueron providenciales, las personas que participamos en el Encuentro nos comprometimos a seguir en comunicación y construcción de una Plataforma Mundial de Movimientos Populares para dar curso y seguimiento a nuestras apuestas en común.

De la riqueza de este histórico Encuentro habrán muchos frutos que cosechar aún, en tanto invitarles a que consulten toda la información sobre el EMMP en: http://movimientospopulares.org/

Discurso Papa y Conclusiones

Ponencia Frayba en Vaticano

Terra Domus Labor