Discurso de Fray Gonzalo Ituarte al recibir la medalla Fray Bartolomé de Las Casas en Chiapas

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas

10 de diciembre de 2021

Por la Medalla Fray Bartolomé de Las Casas

Agradezco al Presidente Mariano Díaz y al Cabildo Municipal, al Señor Gobernador Rutilo Escandón, al presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Juan José Zepeda, y a todas las personas que participaron en la gestación de este evento.

Agradezco también a todas las personas e instancias que han sido parte, inspiración y causa, de mi caminar en Chiapas.

Agradezco a todas las personas presentes, y a quienes me hubiera gustado que estuvieran aquí, pero que no hubo posibilidad de incluirlas por causa de la pandemia.

El motivo de fondo de nuestro encuentro es, a fin de cuentas, fray Bartolomé de Las Casas, y Chiapas, y los Derechos Humanos

Cuando en el siglo XVI llegó el clérigo Bartolomé en busca de fortuna a las islas del Caribe, vio despojo por parte de los conquistadores y explotación de parte de los encomenderos; vio que los indios morían antes de tiempo; vio la injustísima violencia con que se oprimía y devastaba a las gentes, por causa del oro codiciado por los invasores.

Impactado por esta realidad emprende una peregrinación de toda la vida proponiendo modos diferentes de encuentro y respeto con las innumerables gentes de estas tierras, y se transformó en uno de los más grandes españoles de su tiempo, al ponerse al lado de las víctimas y empeñarse en su defensa.

Esto le cambió la vida, le llevó a unirse a la Orden de Predicadores para desde ahí llevar la causa de esos pueblos hasta los centros mismos del poder político y religioso, haciendo uso de su inteligencia y formación privilegiadas, y su pasión por la verdad y la justicia.

No estuvo solo, ni fue el único en esta tarea, pero dejó profunda huella y sufrió las consecuencias. Y entre otras obras nos dejó la “Brevísima relación de la destrucción de las Indias”

Cuando en el siglo XX el joven obispo Samuel Ruiz García, -de muy feliz memoria- y después el fraile que les habla, llegamos a Chiapas, también vimos que los indios morían antes de tiempo, vimos que la marginación, el racismo, el aislamiento y la explotación de los indios no tenían justificación alguna, pero también vimos a los pueblos organizándose, particularmente a partir del Congreso Indígena de 1974 -realizado en memoria de Fray Bartolomé de Las Casas-, y también vimos algunas autoridades e instituciones esforzándose por transformar esa situación injusta; y emergían organizaciones civiles y políticas ante los muchos retos que esa realidad planteaba; por ahí andaban DESMI, INAREMAC, CHIILTAK y muchas más .

Vimos las tensiones entre finqueros y acasillados, vimos las luchas por la tierra obstaculizadas por autoridades, y vimos la selva y las montañas sin carreteras pero con comunidades de grande riqueza cultural y religiosa luchando por vivir.

Y vimos a San Cristóbal de Las Casas todavía con anhelos de ser la Chiapa de los Españoles, y la vimos irse despertando y descubriendo que su futuro no estaba en el pasado sino en salir al nuevo mundo que se gestaba.

Y nos reunimos en Asambleas Diocesanas para discernir los caminos. Y las mujeres tomaron la palabra y se organizaron en la Coordinación Diocesana de Mujeres, y los equipos diocesanos y sus instancias preguntándonos qué hacer, en el campo y la ciudad, para acompañar el Pueblo en sus búsquedas y aspiraciones.

Y vimos la irrupción de decenas de miles de refugiados guatemaltecos, y les reconocimos como hermanas y hermanos, y nos despertó más la consciencia; y entonces Don Samuel hablaba de los Derechos de los Pobres, y los primeros en abrir las puertas y compartir fueron las comunidades pobres, y luego nos sumamos con mucha gente de Chiapas y del mundo para dar la mano.

Y en el camino aprendimos a valorar la perspectiva de los Derechos Humanos y el jTatik Samuel nos lanza a crear el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas; y fue con personas valiosas de esta Ciudad que pudo arrancar ese proyecto, que sigue vivo y sirviendo.

Y vimos situaciones de emergencia y respondimos con Cáritas de San Cristóbal; y ante la situación de niñas y niños indígenas en esta ciudad, acudimos con Melel Xojobal; y ante el levantamiento del EZLN nos pusimos en medio con la Comisión Nacional de Intermediación; y ante el conflicto armado no resuelto y la conflictividad continuada en Chiapas y el país, fue necesaria Servicios y Asesoría Para la Paz; y ante las numerosas personas migrantes concurrimos con Servicio Pastoral a Migrantes.

Debo aclarar que no estoy usando plural mayestático sino un plural de camino y lucha compartida, porque, parafraseando a Ortega y Gasset, yo soy yo y mis circunstantes.

En este siglo XXI, después de breve ausencia, vuelvo a Chiapas y la veo desde el cristal de San Cristóbal de Las Casas y ¿Qué veo?

VEO:

Miedo

Inseguridad

Violencia

Disputa de territorios urbanos  con grupos armados

Motonetos y jóvenes tentados de unirse a la delincuencia

Crimen organizado y desorganizado; y también crimen politizado

Y balazos y secuestros y amenazas y asesinato de un fiscal y de gente buena

Y despojo de propiedades

Destrucción de humedales

Contaminación de ríos y manantiales secos

Devastación de bosques y montañas

Una ciudad sedienta, mientras las reserva de agua profunda se vuelve mercancía

Una ciudad amenazada de muerte si no se actúa rápido y bien.

Veo una Sociedad fracturada,

Mujeres violentadas

Veo víctimas de la trata de personas

Encuentro maltrato a niñas y niños trabajadores

Creciente brecha generacional

Vocación de Villa Viciosa con antros y cantinas

Tráfico y desgracias por las drogas y el narcotráfico

Veo también, Organizaciones dispersas

Desconfianza ante las instituciones y autoridades

Partidos que parten

Consumismo estéril

Individualismo que aísla

Crecimiento urbano anárquico y suicida

Migrantes rechazados y criminalizados. ¿Cuándo aprenderá nuestro México a tratar con humanidad a las personas migrantes, sabiendo que tenemos muchos millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos?. El negocio de los coyotes y sus cómplices existe porque México no ofrece alternativas dignas para quienes se ven forzados a emigrar. Como país somos culpables de la muerte y sufrimiento de tanta gente.

Veo Criminales que creen que no los van a detener

Veo amenazas, difamaciones y secuestros contra defensores de los Derechos Humanos y contra Ecologistas  defensores del medio ambiente.

Temor de salir a carretera, por los bloqueos, extorsiones y asaltos.

Pero no soy catastrofista, no quiero hacer una Brevísima relación de la destrucción de San Cristóbal o de Chiapas

Porque ya no veo a la Chiapa de los Españoles, sino una ciudad de los indios y los mestizos y los nacionales y los extranjeros y de la pluralidad religiosa y de la diversidad cultural, y de atractivo internacional y de posible referencialidad, si encuentra su camino.

Veo oportunidad de que nuestra ciudad recupere sus profundas raíces precolombinas, para valorar la igualdad de todos sus pobladores, superando la visión colonial y feudal.

Veo muchas organizaciones de la sociedad civil en búsqueda continua de respuesta a las diferentes dimensiones de esta compleja realidad.

Veo oportunidades múltiples para el nuevo gobierno municipal en orden a reencontrarse con la sociedad y responder a sus legítimas demandas.

Veo la necesidad de que se garantice el derecho al agua a toda la población, para devolver la calma y la salud a los hogares.

Veo la oportunidad de reconocer la posibilidad de que entre toda la ciudadanía y las autoridades se perfilen caminos nuevos.

Veo la posibilidad de que se evite el colapso climático si se comprende la compleja interdependencia con el medio ambiente.

Veo la ocasión de reencontrar los significados sagrados que nuestras montañas, manantiales y humedales tienen para la supervivencia común.

Veo la gran oportunidad de que se comprenda que los derechos humanos alcanzados por cada sector, significan un avance a los derechos de todos los demás sectores.

Veo la oportunidad de que en ejercicio de sabiduría seamos capaces de encontrar el equilibrio entre los intereses colectivos y los particulares, y los de la naturaleza.

Veo la oportunidad de que entendamos que si no vamos juntos un mejor futuro de San Cristóbal (y de Chiapas), iremos separados al desastre.

Veo admirable presencia de múltiples instancias académicas y educativas que aportan cada día luces y pistas para la salud social y cultural.

Veo un futuro luminoso si construimos puentes de diálogo entre las diferentes denominaciones religiosas y ponemos al servicio de la comunidad nuestras capacidades y valores.

Veo la posibilidad del diálogo entre los sectores que se encuentran distanciados y de intereses confrontados.

Veo la posibilidad de que se vea y se aprenda del contexto nacional e internacional, y descubramos que no estamos aislados y tenemos mucho que aprender.

Tengo esperanza y creo que es posible caminar en armonía, cediendo ante el interés común, para que sea posible el interés particular.

Es claro que no habrá turismo si no hay tranquilidad, que no habrá vida si no hay agua para todos, no habrá confianza si no se aplica la ley con justicia, no habrá cohesión social si no se descubre que esta ciudad, (y municipio, y Chiapas) es de todas y todos.

En realidad mi invitación es a asumir la grave realidad que vive este municipio y nuestro Estado y convocar a todas y todos los aquí presentes a sumar fuerzas y voluntades para superar esta situación y hacer posible que esta ciudad y sus comunidades rurales, y todo el Estado de Chiapas sea un espacio de paz, donde la gente pueda vivir, donde el bien común se anteponga a los intereses particulares, sin menospreciarlos.

Recuperar los caminos del diálogo y la negociación, saber que estamos en la misma casa común pequeña, que es la ciudad, y la casa grande que es el Estado.

La tarea fundamental es buscar nuevas respuestas para obtener buenos resultados y no repetir las recetas de antes que nos llevaron a esta circunstancia tan grave.

Cuando hubo el levantamiento del EZLN todo el país miró hacia Chiapas con expectativas; el día de hoy todo el mundo mira a Chiapas por el terrible destino que sufrieron ayer las personas migrantes.

Estoy convencido de que se puede volver a mirar a Chiapas con esperanza si logramos converger desde todos los sectores construyendo una sociedad en que haya lugar y paz y futuro y armonía para todas y todos. Y esto se puede lograr.

Aquí están representantes de los tres niveles de gobierno, de los tres poderes del Estado y de todos los sectores de la sociedad y creo que podemos caminar juntos.

Está en nuestras manos.

Muchas gracias

Fray Gonzalo Bernabé Ituarte Verduzco O.P.

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