Exigimos replantear la política forestal y ponerle un alto a la devastación de los bosques de la Sierra Tarahumara de Chihuahua, México, que sustentan la vida y pervivencia material y espiritual de los Pueblos Indígenas
Chihuahua, Chih., julio de 2017.
A LOS PODERES DE LA FEDERACIÓN
A LOS PODERES DEL ESTADO DE CHIHUAHUA
A LA OPINIÓN PÚBLICA
Chihuahua cuenta con una superficie forestal de 16.5 millones de hectáreas, de las cuales, casi la mitad son bosques de pino y encino y selva baja caducifolia que se encuentran ubicadas en la Sierra Madre Occidental; mientras que esta superficie boscosa es considerada por SEMARNAT como área forestal aprovechable, también proporciona a las comunidades de la región y del estado: agua en calidad y cantidad, captura de emisiones de carbono, genera oxígeno, amortigua el impacto de fenómenos naturales, regula el clima, protege la biodiversidad, es paisaje y recreación, pero sobre todo, sustenta la permanencia de la vida comunitaria de los pueblos indígenas que ahí habitan.
Con la Estrategia Nacional de Incremento a la Producción Sustentable (ENAIPROS) 2013-2018, implementada por el Gobierno Federal, se pretende aumentar de 6 a 11 millones de metros cúbicos RTA anuales la producción maderable del país, lo que significa un aumento del 86% a nivel nacional.
La consecuencia de esta política que aumenta exponencialmente la autorización de permisos de aprovechamiento forestal, implicó que entre 2011 y 2016, en 23 municipios de Chihuahua ubicados en la Sierra Tarahumara, la SEMARNAT autorizara permisos de aprovechamiento forestal por más de 12 millones de metros cúbicos: 60.28% más que en el sexenio anterior, durante el cual la deforestación en el estado alcanzó 31 mil hectáreas por año. En 2016 la mayor producción forestal maderable de la zona se dio en los municipios de Guadalupe y Calvo (25.84%), Madera (18.25%), Guachochi (13%) y Balleza (7.84%); a este aumento autorizado se le suma la tala ilegal, que según PROFEPA corresponde a un 30% de la superficie forestal que es explotada de manera legal; a la devastación se le suman los incendios forestales, que según la CONAFOR, de enero a julio de 2017, ocurrieron 717 incendios en Chihuahua afectando 70,283.79 hectáreas.
Entre 2005 y 2014 se presentaron 673 denuncias ante PROFEPA, la mayoría sobre la tala ocurrida en Guadalupe y Calvo; sin embargo, las autoridades no consignaron ni sancionaron a los responsables. Según PROFEPA, en 2016 se presentaron 26 denuncias por tala ilegal, de éstas, en sólo 12 se multó al responsable.
Los incendios forestales se relacionan con la tala ilegal y el control regional por el crimen organizado; es el caso del municipio de Bocoyna, de acuerdo a la Denuncia Pública realizada por la Diócesis de la Tarahumara el 1 de mayo de 2016.
Una serie de demandas presentadas ante la PROFEPA culminó con un Expediente de Hechos emitido por la Comisión de Cooperación Ambiental del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (2005) en el cual se documentan las omisiones sistemáticas cometidas por la PROFEPA ante las denuncias presentadas.
En las dos primeras décadas del siglo XXI, a la problemática forestal mencionada, se le añade la presencia del crimen organizado como una amenaza que se cruza con las ambiciosas metas del sexenio de Enrique Peña Nieto, y el control autoritario de los aprovechamientos forestales.
Quienes suscribimos este pronunciamiento consideramos que:
A pesar del derecho a los recursos naturales, a su uso preferente y del derecho a la consulta libre previa e informada, reconocidos en la Constitución, en el Convenio 169 de la OIT, la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y en la Ley de Fomento para el desarrollo forestal sustentable del Estado de Chihuahua, en ningún caso la SEMARNAT ha consultado a las comunidades indígenas antes de expedir permisos de aprovechamiento forestal sobre sus territorios. Por el contrario, la explotación forestal no ha significado beneficio alguno para las comunidades indígenas, que no tienen voz ni voto en las asambleas ejidales, aunque vivan dentro de ejidos y propiedades privadas.
Para poner alto a esta situación, exigimos:
Atentamente
Comunidades y ejidos indígenas
Bosques de San Elías Repechique, municipio de Bocoyna
Ejido de Tewerichi, municipio de Carichí
Ciénega de Norogachi, municipio de Guachochi.
Asociaciones e instituciones
Abogadas Demócratas
Alianza Sierra Madre, A.C. ASMAC
Awé Tibúame, A.C.
Centro de Capacitación y Defensa de los Derechos Humanos e indígenas, A.C. CECADDHI
Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, A.C.
Consultoría Técnica Comunitaria, A.C.
Complejo Asistencial Santa Teresita, I.B.P.
Red por la Participación Ciudadana, A.C.
Diócesis de la Tarahumara
c.c.p. Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos y Medio Ambiente
Relatora de la ONU sobre Derechos de los Pueblos indígenas
A la opinión pública