29 de septiembre de 2016
El Día Nacional del Maíz es una propuesta ciudadana lanzada desde la Campaña Nacional Sin Maíz no Hay País (CNSMNHP), donde miles de mexicanos y mexicanas recordamos el 29 de septiembre, día en que se conmemora el maíz y la milpa que producen las familias campesinas e indígenas, que constituyen una alternativa productiva, social y ecológica al modelo agro-ecocida de la revolución verde, del TLCAN y el neoliberalismo que han impuesto los gobiernos federales desde 1982 a la fecha y que sólo producen desigualdad, pobreza, hambre e inseguridad.
Celebramos el Día Nacional del Maíz en el marco de otro sexenio perdido para el campo y en medio de la confluencia de múltiples crisis en nuestro país y en el mundo que configuran una verdadera crisis general sin precedentes en el último siglo.
Hay una profunda crisis de credibilidad y legitimidad del gobierno mexicano; la fuga de capitales y la devaluación amenaza con un mayor estancamiento y colapso de la economía nacional; la inseguridad e impunidad se han afincado y generalizado en todo el país; la corrupción es ahora la principal función de los tres niveles de gobierno encabezada por el presidente y su gabinete; se vive una crisis de derechos humanos sin precedentes; la desigualdad y pobreza aumentan año con año; el cambio climático amenaza recurrente y crecientemente la producción alimentaria, la vida de las personas, la infraestructura y la vivienda de vastas zonas del país. Vivimos, en resumen, una tormenta perfecta que nos exige no sólo resistir y persistir en nuestras demandas inmediatas, sino ahora debemos plantearnos la necesidad de una salida social, democrática, sustentable y pacífica a la crisis de un régimen autoritario, neoliberal, corrupto y capturado por las corporaciones trasnacionales.
Como Campaña irrumpimos en el escenario de la política nacional con el lema “Sin maíz no hay país”. Ahora también decimos: “Sin país no hay maíz”.
Hoy más que nunca se hace necesario convocar a todas y todos los mexicanos a revertir el modelo agroalimentario desgastado y envejecido que representa e impulsa el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El Día Nacional del Maíz nos permite acercar el surco a la banqueta, y que desde el campo y las ciudades, apoyemos a las familias, comunidades y organizaciones que trabajan a diario por la preservación de suelos, semillas y que son los protagonistas de la alimentación y de la educación agroalimentaria. Sin embargo el valor de la vida campesina, del maíz, de la milpa y, en general, de los modos familiares y comunitarios de producción y cultura son excluidos del proyecto de nación.
Los pocos o nulos estímulos a la producción campesina, con un enfoque asistencialista y clientelar, siguen expulsado a millones de cultivadores y pobladores del campo. La agroindustria, las mineras y la voracidad de los grandes consorcios internacionales despojan a comunidades y pueblos enteros de tierra, agua, bosques y recursos naturales.
Los pueblos indígenas y campesinos han sido reducidos a ser proveedores subordinados de “coyotes”, intermediarios y monopolios.
A pesar de todo, los movimientos campesinos e indígenas resisten a lo largo y ancho del país, impulsando alternativas de futuro y nos dan la esperanza de que otro modelo de país es posible. Por ello, como CNSMNHP impulsamos y trabajamos:
Ahora el nuevo despojo a las y los pobres es a través de las semillas y los recursos genéticos, a nombre de la biodiversidad se justifican “negocios de tendencia”, donde a las comunidades campesinas se les trata como proveedoras y a la biodiversidad como mercancía
Ante los ataques a la democracia y soberanía de los pueblos, y ante el poder de las grandes transnacionales, también nos organizamos en este Día del Maíz rumbo a la Jornada Continental por la democracia y contra el Neoliberalismo del próximo 4 de noviembre de 2016 en toda América y otros países del mundo.
El Día del Maíz se celebra en el campo y la ciudad, en barrios, universidades, pueblos originarios y plazas públicas. Gracias a estas celebraciones se han enlazado procesos locales de protección, promoción y resistencia.
Alzamos la voz en contra del modelo extractivista de bienes comunes, los megaproyectos de muerte, el intento de patentar la vida y las semillas, la persecución de defensoras y defensores de derechos humanos, activistas y líderes comunitarios, el despojo y abandono al campo, el menosprecio por la vida campesina; así como la represión y asesinato de activistas sociales.
Decimos no a las semillas y alimentos genéticamente modificados que, aparte de envenenar la tierra y el ambiente, solo beneficia el bolsillo de empresas transnacionales como Monsanto, Syngenta, Bayer, Dow Agrosciences, bajo la complicidad del gobierno mexicano.
Desde la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, apoyamos todas y cada una de las acciones a favor de la vida en el campo y la ciudad, promovemos la defensa de nuestras semillas, el modelo digno de vida campesina, de los alimentos mexicanos. Hoy celebramos nuestra diversidad cultural y nuestra gran biodiversidad expresada en el maíz de cada comunidad.
Si despojan a las y los campesinos, nos despojan a todas y todos.
Sin campo, no hay ciudad.
Sin tierra y agua no hay milpa, ni alimentos. ….
¡Con país hay maíz!
Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País[1]
[1] Mayor información sobre eventos y celebraciones en http://sinmaiznohaypais.org/
Contacto: Francia Gutiérrez 5539226898 [email protected]