Organizaciones populares, indígenas, estudiantiles y de derechos humanos hacemos de manifiesto en esta actividad de clausura simbólica de la CNDH que las desapariciones forzadas en México forman parte de una política sistemática del Estado mexicano, son una grave violación a los derechos humanos, un crimen de Estado, un crimen de lesa humanidad que, en la actualidad, tiene como finalidad eliminar o neutralizar a las organizaciones sociales que se oponen a la profundización del neoliberalismo, así como generar terror y zozobra en el resto de la sociedad.
Esta clausura obedece a que esta institución es actualmente un mecanismo estatal para mantener la impunidad, es decir, para evitar que los perpetradores de las violaciones a los derechos humanos sean juzgados y sancionados, para evitar que las víctimas alcancen su derecho a la justicia y para ocultar la verdad de los actos de terrorismo de Estado.
Sólo en los ultimos 5 años, de las 215,545 quejas recibidas sólo emitió 413 recomendaciones, menos de un 0.2 por ciento, para la CNDH, la militarización, el paramilitarismo, la tortura, el arraigo, las ejecuciones extrajudiciales y la desaparición forzada no existen. Puntualizamos y recalcamos que no se trata de un problema de titular, sino de un actuar institucional planificado para ocultar el sufrimiento de miles de víctimas y limpiar la imagen del Estado mexicano.
Durante décadas la desaparición forzada se dirigió principalmente en contra de luchadores sociales. No existe en la historia de nuestro país un solo periodo de gobierno en el que las desapariciones forzadas no se hayan cometido, sin embargo, es a partir del 2006, con la supuesta “guerra” en contra de la delincuencia organizada, cuando la desaparición forzada se desarrolla en contra de amplios sectores de la sociedad como un mecanismo de control y parálisis social. Política de Estado que incrementó de manera alarmantemente los casos de desaparición forzada en el país, por ello afirmamos que la desaparición forzada de los 43 normalistas no son un hecho aislado, sino la continuidad de una política de Estado que, sólo en el Estado de Guerrero desapareció a más de 1200 luchadores sociales durante el período conocido como la guerra sucia.
Edmundo Reyes, Gabriel Cruz, Daniela y Virginia Ortiz, Francisco Paredes, Lauro Juárez, Carlos René, Teodulfo Torres y más de 120 luchadores sociales y defensores de derechos humanos han sido víctimas de desaparición forzada desde el 2005 a la fecha; los cuales se suman a la enorme cantidad de 30 mil personas desaparecidas, de las cuales más de 3000 están documentadas por diversas organizaciones de derechos humanos como desapariciones forzadas, es decir, desapariciones en las que funcionarios del Estado están involucrados.
Hoy, el caso de los 43 jóvenes normalistas de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México detenidos desaparecidos, ha puesto nuevamente al descubierto la situación grave de las desapariciones forzadas en el país; éste caso ha volcado la indignación y la movilización de millones de personas que exigen su presentación con vida, sin embargo, como sociedad debemos condenar tanto las desapariciones forzadas como las ejecuciones extrajudiciales, el desplazamiento forzado, la prisión por motivos políticos y todos los crímenes que se han venido cometiendo de manera sistemática en contra de miles de familias mexicanas.
Hay que considerar que la destitución del gobernador Ángel Aguirre y el encarcelamiento de funcionarios públicos por su responsabilidad en la masacre de Iguala, no son suficientes para cumplir la exigencia de justicia, en tanto que el problema se pretende abarcar como un hecho local, estatal y aislado, y no más bien como lo que es: una política del Estado.
Por ello, la consigna vivos se los llevaron, vivos los queremos, tiene que retumbar en cada rincón del país con un contenido de lucha por la presentación con vida de todos los detenidos-desaparecidos.
Ante un hecho como la desaparición forzada de los compañeros normalistas, no es suficiente la indignación y el coraje, se hace necesaria la organización popular para frenar estas embestidas de parte del Estado y luchar por una sociedad más justa.
Ante el terrorismo de Estado, un pueblo organizado.
Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada
Comité de Detenidos Desaparecidos Hasta Encontrarlos
Frente Nacional de Lucha por el Socialismo
Frente Popular Francisco Villa Independiente
Comité Cerezo México
Comité de Trabajo Permanente San Bartolo Ameyalco
Organización Campesina de la Sierra del Sur
Organización de Lucha para la Emancipación Popular
Radio Estudiantil Libertaria